MASCULINIDAD Y PATERNIDAD EN HOMBRES DEL BARRIO FÁTIMA, BLUEFIELDS-NICARAGUA
MASCULINIDAD Y PATERNIDAD EN HOMBRES DEL BARRIO FÁTIMA, BLUEFIELDS-NICARAGUA
Kenia Rocha Miranda 1
Eva Hodgson Suárez 2
Resumen
El estudio sobre masculinidad y paternidad se desarrolló con la participación de hombres que residen en el Barrio Fátima de la ciudad de Bluefields, en donde se indagó sobre las representaciones mentales y conductuales que poseen acerca de la masculinidad y la paternidad.
La metodología de la investigación fue cuantitativa y cualitativa, participaron 49 hombres que son padres de familia, consultándose sobre sus percepciones sobre la masculinidad y paternidad. Mediante entrevistas, se exploraron las experiencias y situaciones que limitan el ejercicio de la paternidad responsable, cuyos resultados fueron tratados con la técnica de análisis de contenido y discurso. También se utilizó el programa SPSS 17 para el análisis de los datos.
En los resultados se destacan que masculinidad significa ser varón, lo que le define como hombre y lo diferencia de las mujeres, para ello deben poseer atributos de virilidad. Su concepción de masculino está vinculada con la forma en que visualizan el ejercicio de la paternidad, lo cual significa tener una familia, proteger, proveer alimento, casa, ropa y educación a los hijos e hijas; mencionan que el principal factor que limita el ejercicio de la paternidad responsable, es no haber sido instruidos para ser padres, la falta de voluntad, el alcoholismo y el desempleo.
Palabras clave: Percepción, masculinidad, paternidad, ejercicio de la paternidad.
Summary
The research of masculinity and fatherhood was developed with the participation of men who live in the Fatima neighborhood of the city of Bluefields, with the intention to find out about the mental and behavioral representations that they have regarding masculinity and fatherhood.
The research methodology was quantitative and qualitative, involving 49 men who are parents, in order to find out their perceptions related to masculinity and fatherhood. Through interviews, we explore the experiences and situations that limit the exercise of responsible fatherhood; the results were treated with the technique of analysis of content and discourse. The SPSS 17 software program for data analysis was also used.
The results highlighted that masculinity means to be male, also is what defines them as a man and differentiates them from women, and for this is imperative to have attributes of virility. It also demonstrated that their male conception is linked to the way they visualize the exercise of parenthood, which means having a family, to protect, provide food, shelter, clothing and education for their children. The research indicates that the main factor limiting the exercise of responsible parenthood is not being taught to be parents, but also the lack of will, alcoholism and unemployment.
Keywords: Perception, masculinity, fatherhood, parenting practices.
I. Introducción
Las investigaciones sobre la masculinidad, dieron sus primeros pasos en Estados Unidos en el año 1970, bajo el título “Men Studies”, a partir de los años 1960, en donde los movimientos feministas desarrollaron estudios sobre las condiciones de las mujeres mediante la cátedra “Women Studies”. Por ende, el interés de comprender las diferencias que experimentaban las mujeres en comparación a los hombres, conllevo visualizar la necesidad conocer más sobre el hombre, su relación con la masculinidad y la paternidad.
Existen varios representantes teóricos que han abordado los temas relacionados a hombre, masculinidad y paternidad, uno de los principales surgió en 1970, con la investigación de Pearson y Bales, bajo el título “Family socialization and interaction process”, con la cual estableció la teoría funcionalista de roles. Luego Brod (1987), realizó análisis de las expresiones socio-históricos-culturales de la masculinidad, abordando al hombre común en su vida cotidiana, y no al político o militar. En los 90`s Conell, Carrigan, Pleck, plantean la “perspectiva de género”, este momento es considerado la revolución Teórica de las Ciencias Sociales, particularmente Conell lo denomino un “Momento Etnográfico”, subraya los problemas específicos de la masculinidad, visto en un contexto real (Minello, M. N. 2002)
En el año 2004, Manuel Ortega Hegg, realizó un estudio sobre Masculinidad y paternidad en Centroamérica, partió de la hipótesis que existe una fuerte asociación entre la construcción de las representaciones sobre masculinidad y las relaciones de paternidad. Un hecho observado es que los hombres centroamericanos no se comportan de forma homogénea en su rol de padres, lo cual podría estar asociado a diversas formas de construcción social de género, lo que a su vez se expresaría en diversas “masculinidades”. También se identificó, que hay distintas maneras de concebir y ejercer la paternidad entre los hombres de los países en la región, estos son el tradicional, moderno y en transición.
Luego en el año 2005, Marcelina Castillo Venerio y Rebeca Centeno Orozco, con auspicio del Fondo para las Naciones Unidad (UNPHA y La comisión económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), realizaron en Nicaragua, el estudio titulado “Masculinidad y factores socioculturales asociados a la paternidad”, uno de los objetivos fue identificar las representaciones que tienen los hombres nicaragüenses sobre la masculinidad, la familia, la paternidad y los hijos, así como los aspectos religiosos y la visión que tienen del mundo. Se identificó que el comportamiento de los hombres frente a la paternidad tiene raíces socioculturales. La iniciación de actividad sexual es un hecho inherente de la conformación de la masculinidad.
El estudio sobre masculinidad y paternidad, desarrollado con la participación de hombres que residen en el Bario Fátima de la ciudad de Bluefields, consiste en una primera aproximación a la realidad sobre el tema en cuestión, haciendo uso de las metodologías investigativas cuantitativa y cualitativa, acercándonos a las interpretaciones que tiene acerca de la masculinidad, paternidad y su forma de vivirla.
II. Revisión de literatura
Masculinidad y género
El antropólogo Mattew Guttman (1988), plantea como definición de masculinidad, cualquier cosa que los hombres piensan, dicen y hacen, para ser hombres. Otra forma de abordar la masculinidad subraya la importancia central y general de las relaciones masculino-femeninas, de tal manera que la masculinidad es cualquier cosa que no sean las mujeres.
Los estudios sobre los hombres, plantean, que la masculinidad es un constructo histórico y cultural, de modo que lejos del determinismo biológico o la mirada etnocéntrica, tendente a la universalización de una forma particular de ser hombre, las concepciones y las prácticas sociales en torno a este concepto varían según los tiempos y lugares. Es decir, cada cultura establece sus particularidades sobre la masculinidad, Incluso en una misma sociedad existen múltiples formas concebir la masculinidad, según Jociles (2001) se establecen ciertas diferencias según criterios como la edad, la clase social o la etnia. Scout, J. (1996) plantea que también se pueden considerar los cambios que se generan a lo largo del trayecto vital de una misma persona.
Los mecanismos culturales y sociales utilizados para demostrar cuando “se es un hombre de verdad” varían notablemente en función de la época histórica, clase social, etapa evolutiva y cultura, Télles y Virdu (2011) consideran que esta situación se genera especialmente por la forma en que la sociedad entiende la contraposición entre lo masculino y lo femenino. Asimismo guarda una relación directa con el sistema de producción, los valores y las normas que cada cultura considera deseables.
En un estudio etnográfico realizado por Godelier (1986), los participantes expresaron que “Para ser masculino, un hombre debe estar dispuesto a luchar e infligir dolor, pero también a sufrir y soportar dolor”. Por ejemplo, el hombre busca aventuras que prueben su coraje y valentía, una mujer enfrenta el peligro en el parto, un riesgo que no puede obviar, el varón debe aceptar el peligro libre y voluntariamente, de lo contrario no es hombre. Una mujer sangra en la menstruación y en el parto, en cambio, él, sangra en la guerra, en los rituales y en los trabajos peligrosos. El dominio social masculino debe ser visto como fruto del sacrificio y la hombría es un honor.
También es importante discutir las diferencias entre los términos sexo y género, el sexo se deriva del componente biológico, mientras que el género se utiliza para señalar las características socialmente construidas que constituyen la definición de lo masculino y lo femenino en distintas culturas y podría entenderse como la red de rasgos de personalidad, actitudes, sentimientos, valores y conductas que diferencian a los hombres y mujeres. Esta construcción implica valoraciones que atribuyen mayor importancia y valía a las características y actividades asociadas al hombre (Lamas, M. 2006).
Después de haber abordado el tema de la masculinidad, debemos analizar los conceptos de paternidad.
Paternidad
La paternidad (del lat. paternĭtas, -ātis) hace referencia a la cualidad de padre o progenitor masculino. En antropología y sociología de la cultura la paternidad es una institución socio-cultural de filiación. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL ha definido la paternidad como la relación que los hombres establecen con sus hijas e hijos en el marco de una práctica compleja, en la que intervienen factores sociales y culturales, que además se transforman a lo largo del ciclo de vida tanto del padre como de los hijos o hijas. Se trata de un fenómeno cultural, social y subjetivo que relaciona a los varones con sus hijos o hijas y su papel como padres en distintos contextos, más allá de cualquier tipo de arreglo conyugal.
De manera general se concibe la paternidad y maternidad como un proceso consciente en el cual el hombre o la mujer acepta a sus hijos e hijas como suyos, asumiendo con responsabilidad el desarrollo holístico de los mismos al garantizar todas las condiciones necesarias; proporcionarles el cuidado a la salud (física, mental y social), educación y afecto, de modo que se integren a la sociedad siendo personas propositivas y productivas. Por décadas se ha observado una participación pasiva por parte del hombre en la vida de su descendencia, a lo sumo se dedican a proveer los menesteres materiales, el ámbito de la formación en valores, educación y afecto queda en manos de la madre. Por otro lado, existen una alta prevalencia de familias monoparentales (familia encabezadas solo por una mujer), ellas deben suplir los medios materiales, educación, afecto, recreación, tratando de formar ciudadanos y ciudadanas de bien (White, E. 2007).
Al realizar el análisis desde el punto de vista sociológico, de las postulaciones anteriormente descritas, se identifican dos teorías sociológicas que explican la masculinidad y paternidad.
En primer lugar, se aplica la Teoría del constructo Social de George KeIly (1905-1967), quien explica que una persona podrá desempeñar un papel en los procesos sociales que involucran a otra, en la medida en que esa persona construya los procesos de construcción de la otra. Siguiendo con esta corriente teórica en 1966, Peter L. Berger y Thomas Luckmann, publicaron el libro titulado La Construcción Social de la Realidad, a partir de entonces, el término encontró su camino dentro de las ciencias sociales.
El concepto central de La Construcción Social, explica que cuando las personas interactúan juntos en un sistema social, con el tiempo, forman tipificaciones o representaciones mentales de las acciones del otro, esas tipificaciones eventualmente se convierten en habituales y en roles recíprocos jugados por los actores en relación a los otros. Cuando estos roles recíprocos se hacen disponibles a otros miembros de la sociedad para entrar y jugar, las interacciones recíprocas tipificadas son institucionalizadas.
En segundo lugar, también entra el juego la teoría del funcionalismo estructural, los orígenes de esta corriente se remontan a los trabajos de Émile Durkheim (1919), aunque en sociología, uno de sus mayores exponentes es el estadounidense, Talcott Parsons, y sus aplicaciones principales tienen lugar en el campo de la sociología de la cultura. Parsons explica que los sujetos sociales construyen sistemas de relaciones interactivas que contienen en su estructura cuatro subsistemas: Los sistemas son un conjunto ordenado de los elementos, interdependientes, que permanecen abiertos a la percepción de variables que pueden modificarlos. Para mantener el equilibrio, y realizan diferentes funciones las cuales corresponde a la biológica, cultural, social y de la personalidad.
Con estas explicaciones, se observa las relaciones de los roles sociales y culturales definidos para la masculinidad y paternidad, con la interacción de los otros subsistemas, biológico y personalidad. Pero también hace énfasis en las funciones, y en este caso la utilidad que tiene la función que cumple el género masculino en la sociedad.
Sobre las limitantes en el ejercicio de la paternidad responsable
En Nicaragua se presentan diversas situaciones que podrían limitar el ejercicio de la paternidad responsable, entre ellas el desempleo, generando por ende el fenómeno de migración; el embarazo en la adolescencia, poca práctica de planificación familiar, diversos estilos de masculinidades y la concepción de que la mujer es quien debe asumir la responsabilidad en la crianza de hijos y/o hijas.
Ante el elevado índice de familias monoparentales, existe el siguiente marco jurídico que trata de regular y/u obligar el ejercicio de la paternidad responsable, entre ellas la Constitución Política de Nicaragua, Código Civil, Ley de Relaciones Padre-Madre e Hijos, Ley de Alimentos, Código de la Niñez y la Adolescencia, Ley de Reformas al Código Penal, Ley de Reformas y Adiciones al Código Penal para Prevenir y Sancionar la Violencia Intrafamiliar, junto a ello, se han creado diversas instancias, tales como el ministerio de Familia, el Juzgado de Familia y la Comisaría de la mujer, quienes funcionan como entes reguladores de la normativas existente en el país(Castillo M, Centeno, O., 2005)
III. Materiales y métodos
La investigación utilizó metodología cualitativa y cuantitativa con enfoque descriptivo y de corte transversal. Con respecto al componente cuantitativo se abordó sobre las percepciones y prácticas en relación a la masculinidad y la paternidad. Lo cualitativa indagó las experiencias en cuanto a la masculinidad y la paternidad, así como factores que limitan el ejercicio de la paternidad.
El estudio se desarrolló en el sector tres del Barrio Fátima, según información obtenido en el centro de salud, en esta zona están ubicadas 3,006 casas y residen un aproximado de 11,119 habitantes (entre ancianos, adultos, jóvenes, adolescentes e infantes). Es importante mencionar que la selección del barrio fue al azar.
Las unidades de análisis correspondieron a hombres que son padres (que tienen hijos/hijas), cuyo universo estuvo constituido por 300 hombres que son padres de familia, residentes en el sector tres del Bario Fátima.
La muestra cuantitativa fue constituida por 49 individuos, aunque es preciso mencionar que en un primer momento un total de 50 hombres aceptaron colaborar con esta investigación, pero durante el proceso de recolección de datos una persona decidió no participar. En el componente Cualitativo del estudio, utilizó una muestra de 30 hombres, en ambos enfoques los criterios de inclusión consistieron en a) residir en el Sector III del Bario Fátima y b) Ser hombre y padre de familia.
Entre los principales instrumentos y método de recolección de datos se aplicó una guía con preguntas cerradas mediante visita a cada persona en su casa de habitación. Los datos cualitativos del estudio se obtuvieron a través de la aplicación de una guía de preguntas abiertas.
Entre las principales consideraciones éticas, se retomaron en base a la declaración de Helsinki, contemplando las siguientes: a) Se mantuvo el anonimato y la confidencialidad, b) la participación fue voluntaria y c) se solicitó el consentimiento informado de los participantes.
Los datos cuantitativos fueron analizados en el programa estadístico para ciencias sociales (SPSS .17). Los datos cualitativos se procesaron a través de la técnica de análisis de texto y contenido, los cuales se expresan en cita textual.
IV. Resultados y discusión
Características sociodemográficas de los participantes
En cuanto a la edad de los participantes el 28% se centra en el rango entre 22-30 años de edad, seguido del 22 % entre 31-35, el 24% oscila de 36-40 y un 10% de 41-51. Siendo la edad mínima 22 y máxima 65 años. La distribución étnica está representada por un 73% pertenecen a la etnia mestiza, seguido del 16.3 de Creole, el 2.1% son Miskito y 2% Garífuna. En cuanto a la ocupación de los participantes el 18% cuenta un empleo formal (maestros y enfermería), el 82% se dedica a trabajo informal (taxi, construcción, comerciantes, entre otros)
Sobre el estado civil, el 65.3% de los participantes están casados, el 38% tienen una formación de unión de hecho, mientras que el 10.2 % manifestaron ser solteros. El 10.2% de los participantes cuentan con nivel académico de primaria, el 49% secundaria, 36.7 % Universitarios y 4.1% respondió no contar educación formal.
Como información complementaria se obtuvo que el 69.6% residen con su familia, mientras que el 30.4% indico vivir en domicilios separados, también se conoce que el mínimo de números de hijos/hijas es uno y máximo ocho. El 32.7% de los participantes tienen al menos un hijo o hija fuera de matrimonio o relación de hecho estable.
Percepción que poseen los participantes en relación a la masculinidad
Al abordar el tema de la masculinidad, la mayoría de los participantes refieren que ser masculino, significa en primera instancia ser hombre, asumiendo con responsabilidad los compromisos en el hogar, Expresan:
“La masculinidad es ser hombre, ser varón, tener responsabilidad en la casa y con los miembros del hogar”
(Poblador barrio Fátima, 2012)
“Masculinidad significa ser sincero y honesto, ser formal, crecer siendo hombre”
(Poblador barrio Fátima 2012)
“La masculinidad es la construcción cultural del genero varón en la sociedad, es lo que le define como hombre y la diferencia de las mujeres”
(Poblador barrio Fátima 2012).
La minoría de los participantes refirieron que la “Masculinidad significa ser hombre, ser el que manda en la casa”.
En las conceptualizaciones sobre masculinidad que expresan los participantes, se observa la íntima relación de la masculinidad con su condición física de ser hombre (o viceversa), es decir, no existe masculinidad sin la existencia de su condición biológica (hombre), solo el hombre es masculino, aun cuando se considera que es una construcción cultural, es evidente que en ninguna de las concepciones se da espacio para pensar que una mujer podrías ser del género masculino.
Sobre los atributos que debe poseer un hombre para mostrar su masculinidad, en la encuesta los participantes (n: 49) señalaron lo siguiente:
• El 91,8 % coincide en que debe ser respetuoso hacia las mujeres.
• El 83,7 % contesto que el hombre debe ser valiente ante las situaciones de peligro.
• El 85,7 % indica que debe garantizar la alimentación, buena casa y abrigo a la familia.
• El 75,5% afirma que debe poseer fuerza física.
• Un 67,3% afirma que el hombre debe ser comprensivo.
• El 51% está afirmando que se debe de tener poder y autoridad en el hogar.
• El 53,1% afirma el hombre es quien debe mandar en el hogar.
• El 51,1% dice que el hombre debe vestir bien y de manera elegante.
• El 36,7% respondió que la mujer sí es de su propiedad.
• El 32,7% respondió que debe tener un trabajo de prestigio.
• El 24,5 % asevera que el hombre es superior a la mujer.
• El 49 % indicó que el hombre debe ser sexualmente potente, y el 20,4% de los participantes consideran que el hombre tiene todo el derecho de tener más de una pareja sexual.
Al indagar mediante la entrevista sobre los elementos que se deben tomar en cuenta para la formación de la masculinidad en sus hijos, los participantes refieren que es importante que el padre esté con su familia y brinde atención a la formación de sus hijos, enseñándoles a ser responsables, el trabajo honrado, ser un buen ejemplo que les permita desarrollar la mentalidad masculina, educándoles sobre el rol del hombre en la sociedad. Sus expresiones fueron:
“Para formar la masculinidad los padres deben darles el tiempo necesario a sus hijos”… “Es necesario tener mucha educación básica en el hogar”
(Poblador barrio Fátima 2012)
“El padre es quien debe educar a sus hijos sobre el rol del hombre en la sociedad, porque solo él lo entiende” … “El padre debe enseñar a su hijo a que tengan la ambición de ser hombre y desarrollar la mentalidad masculina”
(Poblador barrio Fátima 2012).
Prácticas que realizan los participantes en el ejercicio de la paternidad
Al abordar sobre lo que significa para ellos la paternidad responsable, indican que el eslabón fundamental es la responsabilidad hacia los hijos e hijas, hacia la familia, esto significa, proveer todos los insumos necesarios que garanticen el desarrollo integral de la familia, incluye un buen techo, casa, abrigo, alimentación, brindar amor, cariño, atención y tiempo de calidad.
“Ser responsables de los hijos es hacerse cargo de ellos, no solo la madre debe ser responsable”
(Poblador barrio Fátima 2012)
“Es responder a sus necesidades, estar pendiente que nada les falte”… “Para mí, paternidad responsable significa asegurarle a los hijos una preparación, que tengan una profesión”
(Poblador barrio Fátima 2012)
“Pero también significa, inculcarles valores enseñarles a ser responsable, que no sean malcriados y respeten a los mayores”
(Poblador barrio Fátima 2012)
En relación al desarrollo de la paternidad, se considera necesario en primera instancia formar una familia, esto implica tener una relación de pareja estable, contar con un buen trabajo antes de procrear. Expresan “Es importante estudiar, terminar la carrera y buscar trabajo”… “Ante esto es necesario formar un hogar, trabajar y estar con la familia”…“Uno debe casarse, trabajar y luego tener hijos”
Sobre las acciones que realizan los participantes en el ejercicio de la paternidad, se destaca que los padres priorizan garantizar la educación y alimentación a sus hijos e hijas, y en menor escala la provisión de ropa. El 71.4% provee alimento a sus hijos e hijas, mientras que el 28.6% indica que no lo hace. El 63.2% señaló que provee ropa y abrigo, en cambio el 36.7% no. Así mismo el 77.9% garantiza la educación de sus hijos e hijas, el 22.4% no lo hace.
También se encontró que desde la perspectiva de los hombres, el 87.8% coincide al señalar que las mujeres deben ser responsables del trabajo doméstico en casa, sin embargo, el 42.9% concuerda que la mujer debe quedarse en casa y dedicarse exclusivamente al cuido de sus hijos. El 93.9% piensa que la mujer tiene la mayor responsabilidad en cuanto al cuido de los hijos, el 75% considera que la mujer debe comprender las debilidades de los hombres, y el 59.2% piensa que la mujer debe satisfacer las necesidades sexuales de los hombres.
Dentro de las acciones que realizan con sus hijos para desarrollar relaciones afectivas el 81.6% dice que dialoga con sus hijos e hijas, el 57.1% demuestra respeto hacia sus hijos e hijas, y el 51% de los encuestados dijo que realiza actividades recreativas.
Principales limitantes en la práctica de la paternidad responsable
Al conversar con los participantes sobre los factores que limitan el ejercicio de la paternidad responsable, una de las primeras consideraciones fue que nadie les ha instruido a ser padres y la forma correcta de ejercerla, por tanto cumplen con la familia lo que se espera de los hombres, “Como nadie te enseña a ser padre, lo haces como consideras mejor”
Aunque también reconocieron la incidencia de otros factores como la drogadicción y el alcoholismo, la ausencia de los valores de responsabilidad, amor y voluntad, así como los pocos recursos económicos, causados por el desempleo, en último lugar se menciona que el divorcio y separación no les permite establecer relaciones afectivas con sus hijos.
“Cuando tienes problemas de drogas o alcohol, entonces no le respondes a la familia”… “Influye también la falta de responsabilidad, falta de amor y lealtad”… “No les podes ayudar porque no hay dinero, no hay trabajo”
(Poblador barrio Fátima 2012)
“Si la mama no te deja, no te podes acercar a los hijos, en estos casos hay que ir a derechos humanos para que te ayuden”… “Si estas preso, ni modo, no podes ver a tus hijos”
(Poblador barrio Fátima 2012)
Por otro lado, con el grupo de padres que han experimentado divorcios o separación, y por ende no viven con sus hijos, se abordó sobre las formas en que desarrollan vínculos con ellos/ellas. En primer instancia se les pregunto si mantienen relaciones con la madre de los hijos/hijas para abordar asuntos específicos en relación a su descendencia, la mitad de los participantes indico que sí, principalmente cuando hay situaciones de enfermedad, aunque admiten que “Mantener relaciones con los hijos e hijas después de la separación es difícil, uno se va de la casa, los hijos quedan con la mama, y ya no es lo mismo”. En este acápite, el grupo que no establecen relaciones con la madre refiere que esta situación se presenta por que ella toma actitudes negativas y no le permite acercamiento.
En cuanto a cuáles podría ser las consecuencias, en situaciones de que el padre no demuestre responsabilidad hacia sus hijos e hijas, señalaron la falta de reconocimiento y respeto por parte de sus hijos e hijas hacia ellos como padres, lo cual causa tristeza. Expresaron “Cuando crecen te pierden el respeto y no te reconocen como su padre”… “Lo peor es que no te respetan y no les podes decir nada”
Los participantes también señalan que la ausencia de padre en la vida de los hijos e hijas, puede generar consecuencias negativas en su comportamiento, “Si no les prestas atención, no le enseñas valores o disciplina pueden tener mal comportamiento”.
Al analizar y comparar los resultados de este estudio sobre la masculinidad y paternidad con los participantes, con las indagaciones y postulados de otros investigadores y teóricos sobre el tema, encontramos que se parte con el concepto de Masculinidad de Mattew Guttmann (1988), quien plantea que masculinidad es cualquier cosa que los hombres piensan, dicen y hacen, para ser hombres. Los participantes de este estudio coinciden al decir que ser masculino, significa ser varón, lo que le define como hombre y le diferencia de las mujeres. Esta semejanza en las concepciones de la masculinidad es una de las premisas fundamentales en la que los hombres coinciden, sin importar el país, etnia, estatus social, tratando de marcar las diferencias en comparación al sexo femenino.
Así mismo, autores como Godelier (1986), Téllez y Virdu (2002), Lamas M (2006), Ortega M (2004), al establecer que tanto la masculinidad como la paternidad es un constructo social, pobladores del Barrio Fátima de la ciudad de la Ciudad de Bluefields, revelan que desde su percepción la masculinidad es también una construcción cultural del genero varón en la sociedad, y por tanto al desempeñar la paternidad, lo hacen cumpliendo con lo que se espera de ellos como varones.
Aparte de proveer las necesidades de la familia, los participantes de este estudio, manifestaron que el hombre debe ser valiente en situaciones de peligro, a través de esto muestra su hombría, esto coincide con lo establecido por Godelier (1986), al señalar que para ser masculino un hombre debe estar dispuesto a luchar, soportar el dolor, mostrar y coraje.
En el tema de la paternidad, los participantes del estudio coinciden al decir que ser padre significa tener una familia y proveer todo lo que necesiten, se observa la semejanzas con los atributos que debe posee un hombre para mostrar su masculinidad. Un elemento de esta investigación que no se logra visualizar en la literatura existente, es que los participantes afirman que es el hombre quien debe educar al hijos sobre el rol del varón en la sociedad, es el padre quien debe enseñar a su hijo a que tenga la ambición de ser hombre y desarrollar la mentalidad masculina.
Los resultados del estudio con hombres del barrio Fátima de la Ciudad de Bluefields, indican ciertos cambios de paradigmas en las formas de ser masculino y ejercer la paternidad, se observa cierto grado (aunque no en gran escala) de aceptación de las responsabilidades compartidas con la madre, apertura a que la mujer trabaje fuera del hogar y que el padre no solo se dedique a proveer los enseres materiales que necesite la familia, sino que establezca también relaciones afectivas de calidad con sus hijos e hijas, pero a como indica White E. (2007), este tránsito, el cambio de paradigmas ocurre de manera lenta y enfrenta resistencias culturales, psicológicas y sociales que obstaculizan el desarrollo de nuevos estilos de experimentar las relaciones de género.
En las concepciones que poseen los participantes sobre la masculinidad y la paternidad, se plantean términos como rol, tareas, función, responsabilidad del hombre en la sociedad, coincidiendo con la teoría sociológica funcional estructural, al hacer énfasis en la utilidad que tienen las funciones que debe desempeñar el hombre, en la sociedad, que en este caso es proveer, proteger, formar hijos e hijas de bien para la humanidad.
Collins S (2002), afirma que la ausencia de una de las figuras parentales, puede generar en los hijos e hijas desordenes psicológicos, que se reflejan principalmente a través de su conducta, similar a esto un estudio realizado por la universidad de Texas revelo que también pueden presentar mayor vulnerabilidad a la presión de pares y a tener problemas con la ley. Los participantes, pobladores del barrio Fátima, concuerdan con estos planteamientos al decir que por la ausencia del padre, los hijos o hijas pueden tener problemas de conducta. También cabe mencionar que un elemento que surge en este estudio, es que los participantes consideran que por la ausencia del padre, llega el momento en que el hijo/hija no les reconoce y ni les respeta, esto provoca sentimiento de tristeza en al padre, revelando que efectivamente existe cierto grado de preocupación sobre esta situación.
Castillo M, Centeno, O., (2005), menciona que en Nicaragua existen diversas situaciones que pueden limitar el ejercicio de la paternidad responsable, tales como el desempleo, el embarazo precoz, poca práctica de planificación familiar, entre otros, los pobladores del barrio Fátima que participaron en el estudio mencionaron el desempleo, la falta de valores (responsabilidad, amor, lealtad) en los hombres, el alcoholismo, y los problemas con la pareja, cuando ha habido separación o divorcio.
Un elemento nuevo que ha arrojado esta investigación sobre las situaciones que limitan el ejercicio de la paternidad responsable, y que todos los participantes lo han señalado, es que nadie les ha instruido a ser padres, por tanto, lo que hacen lo van aprendiendo con el tiempo, con las experiencias, tratando de cumplir con lo que se espera de ellos.
V. Conclusiones
• Los participantes conceptualizan que ser masculino, significa ser varón, lo que le define como hombre y le diferencia de las mujeres, para ello deben poseer ciertos atributos y desarrollar tareas que muestren su virilidad, entre ellas se destacan, ser fuerte y valiente, tener la capacidad de engendrar, tener un buen trabajo, proveer las necesidades de la familia.
• Los participantes relacionan la paternidad con el hecho de tener una familia, proteger, proveer alimento, casa, ropa y educación a los hijos e hijas. Expresan que es necesario prepararse académicamente y contar con un buen trabajo antes de tener una familia y procrear hijos e hijas
• Los participantes afirman que son ellos (los hombres) quienes deben educar al hijo varón a que tenga la ambición de ser hombre y desarrollar su masculinidad.
• En cuanto a las relaciones emocionales y sociales, los padres señalan que realizan actividades recreativas y brindan tiempo de calidad a sus hijos e hijas, además de proveer todo lo que necesitan para estar bien. La mayoría considera que son padres responsables.
• Los participantes concuerdan en decir que el principal factor que limita el ejercicio de la paternidad responsable, es que nadie les ha ensañado a ser padre. También mencionan otras situaciones como la falta de voluntad, el alcoholismo y el desempleo.
VI. Lista de referencia
Castillo, V. M. & Centeno, O. R. (2005). Masculinidad y factores socioculturales asociados a la paternidad. (1aed) Nicaragua. UNHPA-CEPAL.
Collins, V. S. (2000). La familia y la Salud Mental. Colombia.
Godelier, M. (1986). La formación de grandes hombres. Poder y dominación masculina entre los baruya de Nueva Guinea. Madrid. Akal Universitaria, (versión original francesa publicada en 1982).
Gutmann, M. (1988). Traficando con hombres: la antropología de la masculinidad. En Revista de estudios de género. La ventana, Núm. 8, diciembre-, 1998, pp. 47-99 Universidad de Guadalajara.
Jociles, M. I. (2001). El estudio sobre las masculinidades. En Rev. Gaceta de Antropología Nº 21.Granada.
Lamas, M. (1996). El género: La construcción cultural de la diferencia sexual. México.
Minello, M. N (2002). Los estudio de masculinidad. Estudios Sociológicos XX (60).
Ortega, H. M. (2004). Masculinidad y Paternidad en Centro América. Revista Centroamericana de Ciencias Sociales. 2 (I)
Scout, J. (1996). El género: una categoría útil para el análisis histórico.
Telles, A. & Verdu, A. (2011). El Significado de la masculinidad para el Análisis Social. Revista Nuevas Tendencia en Antropología. 2, 280-103
White, G. E. (2007). Nuestros Niños, Cómo educarlos en valores. (2ª ed) España.
Recibido: 07/07/2015
Aprobado: 30/07/2015
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