Cultura Afrocaribeña1
Carmen Durán Jordain·
Este seminario es el espacio necesario e ideal para compartir con ustedes algunas reflexiones en torno a la cultura afro-caribeña y al proceso de formación de algunas nacionalidades en el caribe y sobre problemas racial y de género Dominicana.
ALGUNOS ELEMENTOS NACIONALIDADES EN El CARIBE
Santo Domingo,
Martinica
Guadalupe
Toda definición implica dificultades y riegos que no siempre se pueden superar. No podría ser de otra manera si tratamos de estudiar las nacionalidades del Caribe, su proceso de formación, sus rasgos comunes y diferenciables, y aquellos elementos que conforman el complejo proceso del ser nacional dentro del devenir histórico y cultural caribeño.
Desde la perspectiva de aproximación a una temática tan rica en manifestaciones y tan compleja en su análisis y articulación intentamos desentrañar las raíces comunes en la formación de las nacionalidades en algunos territorios del Caribe e identificar los factores históricos, étnicos. culturales y políticos que permiten establecer parámetros de comparación y de diferencias entre República Dominicana y las Colonias Francesas; los llamados Departamentos Franceses de ultramar: MARTINICA YGUADALUPE por ejemplo.
Es Haití el referente cercano e inmediato, sin embargo no es en este trabajo parte del análisis. Al aproximarnos al tema no dejamos de lado las dificultades planteadas por la carencia (o precariedad mas bien) de estudios sistemáticos desde una perspectiva global comparativa sobre el Caribe, su evolución y desarrollo.
La superación de estas limitantes ha contado con la labor de búsqueda de investigadores e intelectuales caribeños, con el auspicio de instituciones especializadas empeñadas en romper el aislamiento y en posibilitar el intercambio de experiencias. y problemáticas que contribuyan a afianzar los vínculos entre los pueblos que habitamos la región.
Cada día es más imperativa la problemática de la cuestión nacional, la conformación de Estado - Nación y de la categoría Pueblo - Nación, el desarrollo de política y racial, los aspectos relacionados con la identidad y la conciencia nacional frente a los retos de la globalización.
El Caribe sigue siendo un campo fértil para la investigación.
LOS PROBLEMAS ÉTNICOS
En el contexto Caribeño es el punto de partida que dio inicio a uno de los procesos históricos más vertiginosos y dramáticos de la historia moderna, la inserción del llamado ‘NUEVO MUNDO” dinámica de la historia mundial.
El proyecto de colonización de América estrenado por España en el Caribe, involucró a otras metrópolis europeos en la aventura de la expansión y en la lucha por la hegemonía convirtiendo el Caribe en un escenario de luchas durante los siglos XVII, XVIII Y XIX.
La explotación de las riquezas naturales. el comercio de es-clavos que articuló el famoso triángulo Europeo-África-América, hizo del caribe un puntal del proceso de acumulación originaria. Fue él trafico y comercio de esclavos uno de los episodios más violentos de la historia de la humanidad. Al efecto Germán Carreras Damas en su ensayo.
‘Huida y Enfrentamiento señala: “En el caso de los esclavos negros en América el proceso de disculturacion. inherente con mayor o menor intensidad a da forma de explosión colonial o semicolonial. pudo ejercerse con mayor intensidad que en la propia África, por cuento la practica de la esclavitud no solo creaba condiciones especiales si no que reprimía al máximo los factores contrarios a la deculturación, reduciéndolos en su expresión a la práctica soterrada, infiltrada en los patrones culturales impuestos.
Se produjo lo que Moreno Fraginals denomina: “Apoderamiento total de la personalidad física y cultural de los africanos y sus descendientes, que suscitó una resistencia tan inmediata como sostenida y diversa.
Es importante recordar que las grandes concentraciones de esclavos jamás de integraron con Africanos de una misma etnia.
Así el estudio de cualquier fenómeno social debe hacerse dentro de un marco histórico determinado. si se trata de un solo país debe tenerse en cuenta las particularidades concretas que distinguen a este país de otros en una misma época o etapa histórica.
El caso del caribe muestra elementos específicos vinculados al proyecto colonizador europeo, a las contrataciones que enfrenan las potencias coloniales por ejercer la hegemonía en el área, y por otro lado a la lucha por la forja de las nacionalidades áreas.
La amalgama de idiomas. ritmos, colores, creencias religiosas que es el Caribe constituye a través de su dinámica histórica una cultura de incomparable valor al confluir a través de su literatura, de su música, de su baile, de sus lenguas, de sus lenguas. de su religión. de su modo de vivir y de luchar un acervo cultural cuya preservación ha te-nido que resistir a la opresión y enajenación de los colonizadores y neo colonizadores extranjeros y locales.
La plantación esclavista impuesta como sistema de producción en las colonias del caribe jugó un importante papel en el proceso de formación de las nacionalidades. Si bien a veces la plantación no fue en los inicios de la colonia española muy a diferencia de lo que acontecía en las colonias inglesas y francesas desde el siglo XVII, en donde en general se tendió a dar vigencia al plantación esclavista.
La analogía y los contrastes en todos los niveles de la vida social y de la cultura aparecen como herencia de fuentes comunes situadas fuera del Caribe o nacidas de la convergencias del sistema económico de plantación. Cada potencia colonial imprimió su huella, ingleses, franceses, holandeses y españoles impusieron sus propias normas.
Las legislaciones, las relaciones con esclavos cada potencia implantó sus formas y sellos culturales y raciales.
Algunas islas cambiaron de amo y en ellas se encuentran las huellas en las distintas fases de su historia. En este sentido muestran desfases tanto respecto al proceso de la colonización como de la Implementación del sistema de plantación esclavista.
Rene Acheen y Francois Rifaux en las Antillas: ensayo de interpretación socio histórico, señalan: Contrariamente a lo que ocurre en la misma época en otros territorio del caribe, en particular en las colonias españolas, para las Antillas Francesas en el proceso de instalación de la plantaciones azucareras fue total Y acabado desde fines del siglo XVII.
Ello se debe a varios factores; -continua el actor citado gran desarrollo del capitalismo comercial en Francia. estrechez territorial de las colonias antillanas, baja densidad de la población precolombina (lo que explica su rápida y casi total exterminación), fuerte importación de esclavos negros destinados a constituir la única fuerza de trabajo ... Así, la plantación esclavista, conforme absorba la casi totalidad de las tierras cultivadas y de las fuerza de trabajo servil, se convirtió en el elemento matriz de la economía dependiente de Martinica y Guadalupe
En lo que respecta a la colonia el Santo Domingo Francés, el sistema de plantación esclavista intensivo vigente durante el siglo XVIII, creó las condiciones socio históricas, étnicas y culturales para la formación del pueblo Haitiano. Como sabemos en la parte española de la isla de Santo Domingo la plantación como sistema de producción dejó de tener vigencia desde el siglo XVI. Las relaciones económicas se estructuraron entonces en torno a la economía del hato y de la hacienda agrícola, generando condiciones históricos, sociales. étnicas y culturales diferentes en las y otras del caribe. Las características españolas se entienden también por un proceso de mestizaje mas temprano y marcado que en las colonias francesas.
Esta aseveración cobra fuerza con el planteamiento que en tal sentido hace Jean Benoitt, en el ensayo Organización social de las Antillas citó: “la plantación esclavista institución económica donde se formó la sociedad criolla, conoció numerosas variantes según la época de su fundación y la orientación que tomó su gestión
La importancia de los nexos de la plantación con la historia de las Antillas, con el establecimiento de sus poblaciones, con su estructura social y con el con-junto de su inserción particularísima en el occidente, ha permitido afirmar que existe una América de las plantaciones”, de la que son el corazón por lo menos en una época de su historia, todas las islas, salvo las más pequeñas, presentaron las huellas de las América ... el surgimiento de las plantaciones en las Antillas provocó una verdadera reacción en cadena, que muestra claramente una relación de fuezas establecidas.
En efecto, ya sea en el caso de los primeros “ingenios’’ de Santo Domingo, de los establecimientos ingleses o franceses del siglo XVII. En las pequeñas Antillas o Jamaica o de las grandes plantaciones de Trinidad o de Cuba a fines del siglo XVIII, en todas partes se repite las mismas sucesiones de hecho.
MESTIZAJE Y PROCESO DE IDENTIDAD
La actividad de la plantación esclavista como ya sabemos de-terminó la entrada masiva de esclavos africanos, en una dimensión proporcional que tenia equivalente [en ninguna otra zona extensa de América Española, si se exceptiva pequeños bolsones de esclavos en costas enclaves mineros]. Ésta amplia presencia africana creó las condiciones en el caribe para la formación de un nuevo prototipo racial de base africana. Sin embargo, el proceso de mestizaje no puede apreciarse con igual forma ni magnitud en las distintas colonias donde además intervienen otros elementos etnoraciales que contribuyen al dicho proceso.
En el llamado Santo Domingo español, por ejemplo las características del mestizaje y de la plantación que como sistema de producción se agota en el siglo XVI se dieron de manera distinta a las de las colonias inglesas o francesas. Entre otras diferencias se puede señalar que en estas los colonos se trasladaban par cortos periodos con la perspectiva de retornar a su país de origen, mientras que la población migrantes de España se identificaban con el medio americano como un nuevo hábitat radicándose y echando las ralees que conformarían al elemento mestizo criollo.
En el se caribe generalizó hispánico el mestizaje - resultante principal de la mezcla de los grupos de blancos y negros así sobrevino una población en la que terminaría predominada el mulato de preeminencia africana.
Cassá, Rodríguez, González en “Actualidad y perspectivas de las cuestión nacional en la República Dominicana· plantean que : “Entre los componentes formativos de la nación dominicana de seguro el que alcanzó mayor importancia fue el mestizaje entre esclavo africanos y blancos de origen Español. A tal punto tuvo relevancia ese fenómeno que su expansión adquirió un ritmo que fue condicionando líneas dominantes del proceso histórico. Es cuando, a través del mestizaje, se ha conformado un nuevo colectivo demográfico que puede buscarse el momento constitutivo de lo nacional’: Este proceso se inicia ya en el siglo XV1 en forma significativa cuadro paginas 4 Asumir la conciencia histórica sobre la importancia del mestizaje ha pasada por múltiples niveles de análisis y estudios dentro de la interpretación histórica en Dominicana.
En las Antillas las relaciones interétnicas cobran importancia en tanto se ve definido el proceso de mestizaje. El llamado “reencuentro de las razas en el Caribe se produjo dentro de un sistema integral de relaciones desiguales: la plantación esclavista. A partir del siglo XVI se establecen los complejos de plantación en el caribe insular hispánico. En el siglo XVII el sistema irrumpe en las pequeñas Antillas y en Jamaica las pequeñas Antillas quedaron cubiertas de plantaciones sin dejar espacio par otros desarrollos económicos. la plantación esclavista constituyo el núcleo en el que se gestaron las nacionalidades caribeñas. El esquema típico de casi todas las plantaciones en el momento de su fundación se altera con el tiempo, las relaciones a nivel horizontal establecen jerarquías. crean nexos familiares generalmente matriarcales. en el sistema de las plantaciones ya que. el padre no respondía por la prole y los amos no se casaban con las esclavas. facilitaban la libertad de la esclava para evitar que el hijo naciera bajo la ignominia de la esclavitud. En el núcleo de la plantación se va produciendo un proceso de socialización que tiene como resultado una identidad común caribeña y su propia diversidad.
El mestizaje revela muchos aspectos de la estructura de la sociedad de la plantación. En Martinica y Guadalupe de acuerdo a Acheé y Rivaux los tres grupos ya citados fundamentales de acuerdo con el lugar que ocupan en el proceso de producción se identifican a la vez con la pertenencia a un grupo étnico determinado Esa herencia colonial permite identificar la estratificación social de ambas islas así como los procesos de luchas desarrolladas y revela además cómo desde la sociedad colonial se manifiestan hasta la fecha elementos de una jerarquización racial’: René Ménil en el ensayo aspectos y temas de la literatura Martiniqueña actual planteada:
“Ante todo, Martinica, país colonial clasificado “parte integrante del territorio de Francia” se constituyó en sociedad a partir de una verdadera tabla rasa. En efecto cuando los colones franceses llegaron a la isla, comienzan por exterminar a todos los caribes que la habitaban; los Caribes que se oponían a dejarse reducir a la esclavitud. Para asegurar el poblamiento de las isla y tener la mano de obra necesaria para el cultivo de la tierra, los colones hacen venir esclavos de África.
De ahí resulta que los Martiniqueños no encontraban en su historia un pasado anterior a la colonización no es una conciencia nacional que ha sido sofocada por la conquista colonial. Es una conciencia que tiene que formarse a partir de la colonización y en el interior mismo de la vida colonial. “ en fin -dice el autor citado-el combate contra la opresión, por las mismas razones va a desarrollarse en el sentido de lo que llamamos el aislacionismo que lleva consigo la alienación ... pero felizmente, la asimilación de un pueblo por otro es un fenómeno contra natura. Paralelamente a esta corriente histórica de asimilación, la comunidad Martiniqueña, compuesta de manera aplastante por negros y mulatos de ascendencia africana, no pudiera vivir fuera de su genero de su propia mentalidad’’.
En caso de Dominicana la interpretación racista, hispanófila y antihaitiana de la historia ha desnaturalizado la esencia misma de la lucha por la identidad fomentando desde la visión oficial sostenida por la intelectualidad, racista aislacionismo racial que en nada constituye a conocernos y aceptarnos tal cual somos.
El tema de la identidad recobra en el ámbito caribeño nuevos bríos y expresiones. esa búsqueda de la identidad racial cultura y nacional que definirá el ente nación como parte del proceso histórico y de emancipación real de nuestros pueblos. Frank Fanon analiza e ilustra el drama de la alienación de los colonizados en su conocida obra. Piel negra. más-caras blancas (1952) dice: ·1.;i cultura_ encasquillada, vengativa, a partir de la dominación extranjera, esclavizadora. no es nueva-mente pensada, tomada otra vez. hecha pasado adinámica en su interior ... una cl de quien adelante es constelación de valores, se identifica con la verdad” y agrega ... “ El encuentro con su cultura es una operación demasiada abrupta. él sumergirnos en la universidad del pasado es condición y fuente de libertad’.
René Menil al referirse al caso Martiriqueño insiste en plantear: se abre una segundo vía paro la identificación y conciliación de la conciencia nacional Martiniqueña; es la vía histórico. en otros términos el recurso de lo historia de intención literario, el que entonces hace surgir del posado histórico elementos propios paro dar densidad y riqueza a una conciencio nacional ... se trotara de encontrar y esclarecer luminosamente los acontecimientos. los héroes del pasado que son susceptibles opresión colonial.
Existe una rica producción que recoge y recrea la cultura material y espiritual del pueblo Martiriqueño en su dimensión caribeño. Su literatura, su lengua criolla creado por los esclavos comunes en nuestros pueblos, al considerar de gran importancia e interés el planteamiento de la historia cultural, del problema de la identidad y de la nación dentro de una perspectiva integradora de nuestras necesidades, experiencias y esperanzas. Dice Bangou: “en cuanto a la región considerada hay, en efecto, uno cantidad de cultura que resulta de la identidad de su historia
Países y territorios explotados y sometidos por los colonos europeos practicando el genocidio de los aborígenes. y donde se crearon nuevas sociedades humanas por la yuxtaposición o braceaje de lo que restaba de los amerindios, colonos europeos. africanos reducidos a la esclavitud después libres, aportes asiáticos de la segunda mitad del XIX identidad también en cuanto a las estructuras económicas de esas sociedades elaboradas como apéndices de las economías de las metrópolis coloniales; identidad. por consiguiente, en cuanto a la naturaleza de las luchas mantenidas secularmente por nuestros pueblos para acceder a la libertad, a la dignidad y a la libre disposición de si mismos y de los recursos que han fecunda-do con su sudor y su sangre la expectativa queda abierta. El Caribe y sus realidades e identidades nos retan de cara al nuevo milenio. El reto está lanzado conozcamos, valoremos y trabajemos en aras de fortalecer los vínculos de la identidad afro caribeña.
EL RACISMO, SÍMBOLO DRAMÁTICO DE NUESTRA REALIDAD CARIBEÑA: ALGUNAS REFLEXIONES HISTÓRICAS
Este foro en el espacio necesario e ideal para compartir con ustedes algunas reflexiones en torno al problema racial y su configuración en el proceso de construcción del Estado Nación en la República Dominicana. f>a. rece un contrasentido en el marco de un nuevo milenio. al que entraremos en algo menos de dos años, y digo contrasentido, entre otras razones, por lo que significa y asombra el nuevo “descubrimiento” de la ingeniarla genética: la clonación como posibilidad de producir la vida en serie de seres humanos por la vía del “descubrimiento” de la ingeniería genética: la clonación como posibilidad de producir la vida en serie de seres humanos por la vía de la “deshumanización bioética”, que nos estemos planteando el problema racial.
Toda forma o expresión de racismo significa atraso. ignorancia, marginalidad, justificación de la explotación social, económica, política, ideológica y de género.
La bibliografía dominicana específica sobre el problema racial es escasa. Sin embargo, el tema de la esclavitud ofrece un espacio más trabajado por la historiografía dominicana.
Esta consideración no excluye el hecho de la interpretación racista de la historia dominicana escrita desde los cronistas coloniales hasta la década de los 70 del presente siglo por la corriente hispanófila e interpretada desde la óptica del colonizador. El fenómeno no es exclusivo de nuestro país, responde en sentido generalizado a toda una concepción de la filosofía de la historia vigente durante siglos en América Latina y El Caribe. Como muestra es de rigor citar el famoso Código Negro Carolino del siglo XVIII.
En el caso especifico de obras sobre el racismo podemos identificar como clásicas y pioneras Los negros y la esclavitud en Santo Domingo [1967], Larrazábal Blanco, Carlos: La comunidad mulata .( 1967), Pérez Cabra l. Pedro A.; Los negros, los mulatos y la nación dominicana (1970]. Franco P., Franklin J; Raza e historia de Santo Domingo; Los orí-genes del prejuicio racial en América (1974]. Tolentino Dipp, Hugo: Celsa Albert, A. Linares, obras que abordan el problema desde la perspectiva del enfoque racial. Existe un importante aporte en monografías y artículos, folletos, etc., que trabajan dicha temática desde la perspectiva antropológica e histórica, planteando cortes transversales desde la búsqueda de la identidad cultural y nacional, lo que posibilita acercarnos a un universo de investigación y de divulgación de dicha problemática. Igualmente la realización de seminarios, talleres, etc. que con-tribuyen al “destape” de dicha temática.
MUJER Y ESCLAVITUD
1990 -La mujer Africana, hay que citar fuentes de interpretación ideológica sobre la visión racista de la historia nacional.
Es importante retomar la problemática de los estudios de la historia dominicana dentro de la perspectiva del género, corriente que trata de superar la “invisibilidad” de la mujer como sujeto protagonista junto al hombre de los procesos históricos y sociales. Es necesaria una re conceptualización que reivindique el aporte y la participación de las mujeres en la historia como entes constructores de la categoría Estado-Nación. Si estas no existieran tendríamos que inventarlos parafraseando o Voltaire sobre la existencia de Dios.
Al aproximarnos al tema sobre la mujer caribeña el referente más cercano es el que nos plan-tea la situación de la mujer Haitiana -cabe citar a las puertorriqueñas pasando por el drama de su definición como parte de una nación que lucha por afirmación y en cuyo contexto mujer negra y/o mulata asume una doble problemática: identidad -étnico-racial nacional y el fenómeno es más amplio, complejo e importante si hacemos nuestra la preocupación por entender la realidad caribeña en el espacio geopolítico que atraviesa por sociedades coloniales y neo-coloniales con los sellos de las metrópolis del flamante “primer mundo’’. El tema de este seminario plantea un ambicioso reto, él atraviesa por variables de análisis y de interpretación que a nuestro juicio abarca un necesario ras-treo histórico antropológico de elementos tan complejos e interdisciplinarios como las realidades jurídicas, políticas, la problemática social, étnica racial y cultural, a partir de las raíces coloniales y neocoloniales que han normado la historia de nuestros países y la lucha centenaria sostenida para rescatar y afianzar nuestra identidad.
Los marcos de referencia pasan necesariamente podes cifrar los códigos de la historiografía patriarcal, sexista y racista para contraponerla en los planos teóricos y metodológicos al estudio de nuestras realidades.
De cara al siglo XXI estamos inmersos / as en la necesaria tarea de revalorizar el papel de las diferentes etnias en el marco de la historia común y particular de nuestros países caribeños. Jamaica, Martinica, Trinidad Tobago.
Es en ese contexto que el presente seminario marca una pauta para articular propuestas que contribuyan a superar toda forma de discriminación y segregación racial o de género.
En la historia dominicana contamos con escasas líneas de investigación que recogen en forma sistemática los problemas del racismo y de la participación y aportes de la mujer como sujeto histórico. Sin embargo, corresponde al movimiento feminista dominicano en sus distintas etapas replantear la participación de la mujer como ente social productivo en todas las esferas del quehacer histórico y cultural de nuestro país, abriendo espacios de reflexión desde la perspectiva feminista. De justicia es resaltar la tabor realizada por el Movimiento por la Identidad de la Mujer Negra en la contribución de un espacio que desmonte el andamiaje ideológico racista y sexista que segrega, distorsiona y humilla a la mujer negra y mulata en República Dominicana. El periodo trifimista resalta en el manejo alienante del tema racial y en el código de valores estéticos referido a la “belleza” femenina.
Su política de “blancuras”. “la raza” políticas de apertura para inmigrantes caucásicos.
Desde esta perspectiva se asume la preocupación de rescatar el papel de la mujer como sujeto histórico, constructora de los procesos históricos, sociales y culturales. Es un reto, asumir hoy la investigación y el rastreo que nos permitan desarticular la visión patriarcal, hispanófila, machista, racista. sexista, y antihaitiana que caracteriza la historiografía oficial y tradicional dominicana. Situar como eje de investigación el problema de género es otro de los retos que tenemos por delante. referido a universos de investigación para establecer parámetros que validen la lucha por la identidad. el problema migratorio. la situación de las mujeres dominicanas y su relación con las mujeres caribeñas.
Cada vez más imperativa la necesidad de analizar desde una óptica comparativa la historia común, diversa y rica de este Caribe nuestro y particularmente la situación de la mujer.
En esta perspectiva actual de la globalización, el tráfico de mujeres caribeñas y dominicanas hacia Europa provenientes en una gran mayoría de zonas rurales y suburbanas acrecienta la dramática situación de la mujer negra y mulata, enfrentada a las realidades del primer mundo racista y segregacionista. Creemos que el fenómeno es un referente obligado que confronta a la mujer caribeña y en el caso particular a las dominicanas con el problema de la · identidad. Estudios realizados en el país, Suiza, Holanda y Bélgica por la Organización Internacional para las Migraciones sobre tráfico de mujeres con fines de explotación sexual arrojan como resultados que la mayor parte de mujeres identificadas en esos países provienen de nuestros países. Se es-tima en alrededor de 50 mil las mujeres traficadas en su mayoría negras y mulatas.
Otro componente que agrava la situación de discriminación La situación de las esclavas como sabemos no fue pasiva. La negra se alzó en los manieles y palenques en los movimientos cimarrones junto a los hombres; sin embargo, esa presencia ha sido opacada por razones ya expuestas.
Durante el XIX se produce una movilidad étnica - racial que puede identificarse en tres gran-des focos: la introducción de negros afroamericanos auspiciada por Jean Pierre Boyer en 1824 -1825. Se calcula de 6 a 13 mil negro/as que fueron transporta-das desde los Estados del medio Atlántico de América del Norte. Se estima que un importante número procedía de áreas urbanas, especialmente de la ciudad de Filadelfia. Otros movimientos migratorios importantes del siglo XIX fueron de afro caribeños procedentes de las islas inglesas, los cuales conforman uno de los grupos inmigrantes más interesantes del mosaico de etnias que configuran el estado nación dominicano.
Estas inmigraciones se registran a partir .del renacimiento de la industria azucarera a fines del XIX y provienen de todas las islas de las Antillas Menores afro inglesas, en su mayoría de turks lsland, Saint Thomas, St. Jhon, St. Croix, así como de Curazao, Martinica y Guadalupe.
En el presente siglo XX es la población haitiana y de origen Haitiano la que aporta el mayor número de inmigrantes, alrededor del cual se define la cuestión dominicana en función de las variables étnicas, raciales y de alguna forma su relación con el problema de género y de las mujeres negras y mulatas dominicanas, Haitianas y Domínico -Haitianas.
Lo étnico racial no puede comprenderse sin la clase social y sin las contradicciones de género. Así clase, etnia y género no son categorías antagónicas. Es necesario tomar en cuenta la lengua, la edad, los hábitos, las creencias religiosas y las diversas expresiones culturales en el análisis de la condición social y racial de la mujer. La condición de ser negra y pobre refiere situaciones a considerar en el análisis de los procesos sociales y de la cotidianidad. “La raza condiciona a la mujer, puesto que ella determina los lugares que ocupa en la sociedad, el acceso a la educación, al trabajo digno, a la cultura y ubicación clasificación de lo étnico racial y de género en el discurso político de las clases dominantes y en las políticas oficiales influenciadas profundamente por la ideología racista. Y es que el racismo quedó intacto en los proyectos de sociedad de las elites dominantes que reemplazaron a los colonizadores. Es decir, en la mayoría de nuestros países, con la abolición de la esclavitud cayeron los grillos y cadenas, pero se forjaron nuevas ataduras ideológicas para mantener de manera menos visible el discrimine racial y el sojuzga-miento económico, social y cultural de negros y negras y de todos quienes fueron sometidos [as) por el orden colonial. “la esclavitud no nació del racismo, por el contrario, el racismo fue la consecuencia de la esclavitud. la fuerza de trabajo esclavo del nuevo mundo fue mestiza, negra y amarilla; fue católica, protestante y pagana” Eric Williams para referirse al Caribe.
En República Dominicana en la actualidad podemos identificar las zonas de mayor concentración demográfica de población con características étnicas -raciales negra y mulata en Santo Domingo, las Minas. Villa Duarte. Mendoza, Mandinga, Villa Mella, San Cristóbal, Palenque, Sabana Grande de Boyá, Haina, Barahora, y todas las provincias fronterizas del sur. En el este San Pedro de Macoris, Boca China, Andrés, San Luis y regiones fronterizas, entre otras. Pero todo el país Dominicano es fundamentalmente mulato.
El acercamiento al movimiento de mujeres Dominico -haitianas ocupa un sitial de interés en la redefinición de las relaciones etnoraciales y en la situación de la mujer migrante Haitiana y caribeña. Algunos estudios sobre el tema resalta la “feminización” de la inmigración, sobre todo para áreas de zonas francas, turismo, comercio informal, servicio doméstico, una de las áreas de mayor expansión mercantil, siendo el rol de las mujeres el más destacado. Es por ello que las Dominicanas negras y mulatas tenemos un referente de trabajo coordinado con la realidad que permea la vida cotidiana de Haitianas y Dominicanas desde fa obligada necesidad de superar la utosegregación y el racismo.
“Con la globalización se está globalizando también el racismo, dice que tenemos que dar res-puestas en la misma escala. No puede haber desarrollo mientras sigamos siendo arrancadas de los censos, los índices, los informes. las encuestas, mientras sigamos siendo un anexo en los planes de desarrollo y el principal objetivo de las políticas demográficas y de esterilización’’.
En nuestro país las categorías etnoraciales existentes nos reflejan la medida en que ha sido institucionalizado el racismo y el complejo problema de identidad que tiene la población dominicana. El fenómeno está imbricado en la distorsión histórica, en la hispanófila y en el antihaitianismo, vertientes que moldean la visión de los procesos históricos, sociales y políticos de los últimos 70 años y que tienen sus antecedentes en los cinco siglos de historia colonial y neocolonial.
Las categorías utilizadas pasan de “casta 4 . a oscuro”, las mas usadas son “indio”, “indio claro”, “indio oscuro”. “indio canela”, “indio lavado”: otras categorías son trigueños. mestizos y mulatos en menos medida. A nuestro modo de ver esta forma de tratar, de “invisibilidad”, al negro o negra pasa por la discutida tesis de la “democracia racial” de Freire para la sociedad Brasileña, pero contribuye desafortunadamente a sublimar la identidad, de donde las tendencias racistas en la vida cotidiana abren dos niveles de percepción: el racismo integracionista y el segregacionista. Bajo este predicamento supuestamente la sociedad Dominicana es una sociedad “libre de racismo y de prejuicio racial’: Toda esa categorización para evitar usar el término negro negra. ya que el mismo se utiliza peyorativamente para referirse a los nacionales Haitianos.
Estas consideraciones nos llevan a afirmar que d racismo tiene un profundo contenido re-accionario en relación con la percepción “del otro” no Dominicana/a.
Negro es, dentro de este estereotipo. asociado a lo feo, sucio, detestable, siendo de este modo el lenguaje una evidencia de la interiorización del racismo.
En los documentos oficiales de identidad se usan las categorías antes señaladas para determinar las diferencias étnicas o denotipicas. En 1993, por ejemplo. cuando se llevó a cabo el último proceso de cedulación, fruto de demandas de algunos sectores preocupados por esta situación, se introdujo la categoría negra. pero el personal que trabajó en dicho proceso actuaba en función de su visión racista y en consecuencia trataba de obviar esta categoría en los formularios en el supuesto de que con ello no hacían el trabajo correctamente y en todo caso entendían que con ello “ofendían” a las personas negras.
Para concluir retomamos la preocupación en el sentido de que los· estudios sociales y antropológicos que han trabaja-do el tema etnoraciales no toman en cuenta el referente de género como una variable transversal del fenómeno, por lo cual son estudios que no permiten analizar la situación particular de las mujeres, además de que los mismos han sido realizados desde una óptica androcéntrica en la mayoría de los casos. Sigue sien-do, pues tabúes mujer y racismo.
Con relación a la interrogan-te de cómo han sido utilizadas las categorías raza. género y etnicidad debernos señalar que insistimos en que la Republica Dominicana la experiencia reciente ha sido y es traumática sobre todo el expediente del manejo parcializado por los sectores de poder que hicieron el “problema Haitiano” el foco principal de la campaña electoral de 1994-1996. la instrumentalización, la enajenación y toda suerte de manipulación de los sectores sociales de poca o muy baja formación educativa a través de los medios de comunicación de masas y de la opinión pública, es parte del antihaitianismo como expresión del racismo antinegro, el cual ha tomado características dramáticas con la repatriación violenta en tos últimos meses de miles de mujeres, niños y ancianos hacia Haití. En ese contexto la mujer negra haitiana y dominicana son el sector más vulnerable y oprimido desde toda perspectiva, pues constituyen el sector más empobrecido y vilipendiado del entorno social.
La “feminización de la pobreza” es un índice inequívoco de que somos las mujeres quienes confrontamos mayores problemas de marginalidad, segregación, explotación y descremación. La presencia de las mujeres en los flujos migratorios, así como la alta tasa de desempleo de las mujeres. tanto en sus lugares de origen, como de recepción, plantea la necesidad de políticas que tomen en cuenta de forma específica cuáles son los factores determinantes de dicho fenómeno. Es im-portante destacar que el mayor flujo de Dominicanos salidos del país durante los últimos 20 años es de predominio femenino.
Aunque los patrones migratorios han variado notablemente, el destino preferido por hombres y mujeres es Estados Unidos. Sin embargo, la migración femenina ha mostrado otros patrones inclinando un poco la balanza hacia Europa, específicamente España, Italia, Alemania, Suiza.
En términos generales. el fenómeno de la migración masiva de mujeres en búsqueda de oportunidades laborales en otros países, las implicaciones socio-económicas, y en el modelo de organización familias y social, el problema etnoraciales ha sido poco estudiado, pero abre un espacio fundamental para la afirmación de la identidad femenina y racial, así como el potencial que tenemos las mujeres del Caribe en la sociedad contemporánea para asumir liderazgo liberador.
Aprovecho y agradezco este encuentro, que nos enriquece por la temática, por las expectativas y por las experiencias para sugerir líneas comunes de traba-jo interdisciplinario que posibiliten estudios comparativos en la problemática abordada desde la perspectiva de género y del racismo, para contribuir de este modo a impulsar estrategias con miras a visualizar problemáticas comunes de las mujeres del Caribe y de América latina de cara al nuevo milenio.
¡Por una sociedad libre de todo tipo de racismo!
Muchos gracias.
BIBLIOGRAFIA
ALBERT. Cclsa. 1990. Mujer y esclavitud. Sto. Domingo. República Oominicar1a.
ANDUJAR. Carlos. 1992. //eligiosidod popular en República Dominicana. Santo Domingo.
PAEZ. Clara. 1985. Informe sobre la situación de la mujer en el contexto histórico de las transformaciones económicas, demográficas y culturales. Reptiblita Dominicana.
OUARTE, lsis. 1989. Pablatión y condición de lo mujer en República Dominicana. IEPD. Santo Domingo.
DURÁN. Carmen. Mujer y racismo. Cuadernos del CEDEE. 1986.
CAMAÑD, Viccnta. 189. Et negro en Jo poesía dominicano. Puerto Rico.
IMBERT BRUGAL, Carmen. 1991. Trófico de mujeres: Visión de uno noción exportadora. Ce-Mujer.
JANSEN. Senaida y Cecilia Millán. 1991. Género. crobo¡o y ecnio en los bote s dominicanos. INTEC. Santo Domingo.Revistas, Artículos y Folletos.
Mcrnuria Foro por una sociedad libre de prejuicios raciales. Santo Domingo. República Dominicana. 1996.
Género y Sociedad. n. 2. scp-dic. 1993. Santo Domingo. República Dominicana.
1 ponencia presentada: en el seminario organizado por uaraccan sobre cultura afro caribeña , bluefields, nicaragua, octubre de 1988
Copyright © (URACCAN). Todos los derechos reservados.